miércoles, 29 de octubre de 2008

TARJETA DE RACIONAMIENTO

Cada vez que se acerca una contienda electoral - que últimamente han sido muchas- uno recuerda con pícara sonrisa todas las mitologías mediáticas expulsada por los medios de “comunicación” vía opinión y luego matriz editorial. Recordemos el “tococha” cuando en su todos contra Chávez sacaron a empujones a Alfarito y a la reina porque se corría – por primera vez en muchos años – la posibilidad cierta de perder el poder. Por ese entonces, creo, fue que Chávez andaba en una campaña gastronómica friendo cabezas, aptas para el consumo masivo. Se comentó en los pasillos que mientras tanto un humorista montaba un guisito.

De ahí en adelante la mitología mediática ha sido ampliamente difundida, aun cuando no ha rendido muchos frutos prácticos en su intención de tomar el poder ( excepto el 11 de Abril, claro) Madres desesperadas porque el Estado le quitaría la patria potestad de sus hijos. Pequeños burgueses paranoicos porque le iban a meter a vivir unos “marginales” en los cuartos desocupados. El carro del hijo o de la hija o el que no usan nunca, lo tenían comprometido en los planes de la Revolución. Los desdentados “ con el bollo de pan debajo del brazo y la carterita de ron en el bolsillo” – muy al estilo MHeO y asociados – que venían irremediablemente a saquearnos las casas. La trasmisión fantástica del fraude a través de un satélite ruso – aquí hay que hacer mención aparte a la casi sobrehumana imaginación de la Papo -. El coco de las máquinas y las captahuellas. Capaces de registrar desde la verruga que habita clandestina debajo del sobaco, adulterios y ritos, hasta saber por quién votaste. En su sostenida intención de malponer las instituciones, una vez mencionaron en uno de sus programas a un tipo llamado Superman, para hacer ver lo irrisorio que era el Registro Electoral. Quizá ellos no lo notaron, no se le puede pedir peras al “horno”, pero en este país estamos tan penetrados que hasta eso puede ser posible. Eso y más. Incluso. Televisaron y escribieron sobre el acto donde patalearon - sé que es un lugar común para referirse al hecho- para qué dar más vuelta sobre la cantaleta: el hecho, entregaron la Asamblea Nacional. Un poco más tarde le hicieron creer a su hipnotizados seguidores que realmente quien le tiraba piedras al C N E era el Chavismo. Yo los considero de verdad. No debe ser fácil, nada fácil. Parece que los pícaros psiquiatras escribirán muy bien sobre este proceso desde el punto de vista de sus haberes. El negocio es redondo. Los medios los enloquecen y al mismo tiempo le promocionan unos medicamentos para la ansiedad y esas cosas en unas cuñas que pasan en cada corte.

Han hecho y dicho de todo. Especialistas y especialistas han usado como papel secante o como mata moscas o inmobiliario parlante o tintante. Pero lo que es curioso hoy, es ver la fulana tarjeta de racionamiento. Y es que la cosa en la oposición se parece mucho a esas telenovelas que uno deja de ver y con ver de nuevo un capítulo se pone en auto rapidito. El típico caso de los amores truncados que siempre terminan felices. La única diferencia es que en esta telenovela los espectadores son también protagonistas y se sienten afectados directamente.

Aparte de esta consideración, no veo otra cosa que no sea la carencia de sueños o la estupidez.